Ahora que la guerra entre USA-Israel e Irán despertó los fantasmas nucleares en todo el mundo, pareciera bueno analizar y conversar cual es nuestra historia en el asunto. Visto desde la distancia, donde Chile es el país más alejado del planeta, más al sur del sur y por lo tanto, es relativamente es más seguro como territorio ante una guerra nuclear. Además no tenemos la atómica ni nada parecido.
Fue en 1965 que se creó la Comisión Chilena de Energía Nuclear, hoy dependiente del Ministerio de Energía, se armaron dos pequeños reactores en la Reina y en lo Prado con fines científicos y material nuclear prestado… hoy en día está en el proceso de producción y manufactura de productos destinados a clínicas y hospitales que trabajan con medicina nuclear, apoyando la salud de los chilenos.
Fue durante la dictadura militar que al dictador le pareció interesante contar con una bomba atómica y para ello muchos militares partieron al extranjero a estudiar física nuclear y la CCHEN tomó poder, financiamiento y objetivo en defensa. Cosa que por supuesto no funcionó, precisamente en tiempos de Chernóbil, la peor catástrofe nuclear de la historia, en Ucrania, en ese entonces era parte de la hoy desaparecida Unión Soviética. Chernóbil empujó el desarme nuclear en Europa, Alemania comenzó a desmantelar sus centrales nucleares y fue entonces que destacados políticos nacionales viajaron a Europa y volvieron, en tiempos de la Concertación con la oferta de centrales usadas. No discutiré la ética de los sucesos pero celebro que nada de eso funcionó.
Irán, 2025, nos da los datos de porqué es difícil el asunto nuclear, se puede explicar en fácil, incluso pueden ver en la película de Oppenheimer lo difícil del proceso. Todo gira en torno al uranio. Su símbolo es U, es un metal actínido con el número atómico 92. Es el más pesado de los elementos naturales. Está en casi todo el planeta, bastante difícil de purificar y en Chile también hay yacimientos interesantes. En todo esto lo que importa son sus isótopos. El más abundante es el U238 con 146 neutrones y el U235 con 143 neutrones.
Lo más importante se centra en obtener buenas concentraciones de U235, que es fisionable, vale decir provocar en él una fisión (división) nuclear, es también más escaso y para una bomba atómica de fisión se requiere lo más puro posible sobre el 90 %. Al 2 y 3,5% ya es útil para un reactor nuclear de uso científico o generador eléctrico.
El problema está en que por cada gramo de uranio natural la mayoría es U238, un 99, 28% y sólo el 0,7% es U235. (una relación constante en toda la Tierra).
Irán decía que buscaba obtener U235 hasta el 2% solo con fines pacíficos, los demás creían, sobre todo USA e Israel, que buscaba concentraciones de más del 90% con fines armamentístas, de allí la guerra y las bombas.
Para conseguir pasar del 0,7% al 2% o más aun al 90% hay que centrifugar el uranio natural a modo que el más pesado, el 238, se separe del 235 por inercia centrífuga rotativa. Para ello se necesita una gran cantidad de centrífugas, paciencia y energía, meses, hasta años de proceso. Una bomba como la usada por USA Hiroshima necesitó de juntar 64 kilos de U235, una cantidad muy difícil de juntar.
Obviamente países como Chile están muy lejos de enriquecer uranio siquiera al 2 o 3 % para uso pacífico y muchísimo menos, alcanzar los kilos de U235 al 90% para ser potencia nuclear. Así que tranquilos, ni siquiera estamos cerca de una central termo eléctrica nuclear. Habiendo además tal enorme oferta de energías alternativas, sobre todo limpias y renovables, en nuestro largo territorio, cuya implementación para potencias similares es muchísimo más barata.
Más allá de estas cuestiones, y que me perdonen los físicos por las simplificaciones hechas, siempre han existido en Chile algunos ansiosos por lo nuclear, sin embargo hay algunos “no”a la energía nuclear fáciles de enumerar:
- Lo primero, es que estamos lejos de dominar la tecnología.
- Lo segundo, es que no disponemos de material nuclear apropiado.
Ambas cosas nos dejarían en una peligrosa dependencia de algún país proveedor, USA, China, Rusia, Alemania, Francia, Israel, Japón, India… - Chernóbil y Fukushima, nos enseñaron que la tecnología no es segura, ni aun siendo muy cuidadosos como los Ucranianos y los japoneses lo son.
- Fukushima fue un desastre desatado por un terremoto y luego por un tsunami, en Chile las perspectivas pueden ser peores. Hay que tener memoria.
- Ahora bien, lo más grave a resolver son los desechos, ¿qué hacer con el agua de enfriamiento y las estructuras usadas, la basura radioactiva que resultan eternas e imperecederas?. El tiempo en que el U238 se desintegra (semi-desintegra) es 4.470 millones de años, y el período para el 235 es de 704 millones de años. Ud. le dejaría ese regalito a su descendencia?, lo botaría al mar, a un volcán, lo mandaría a un país muy sub-desarrollado, como algunos pretendieron botar en Chile alguna vez?. Pues en USA y en Europa se suele esconder esta basura en profundas cavernas (¿por 4000 millones de años?)…Eso es como poner una caca eterna del perrito bajo la alfombra.
- Por último, ¿le daría Ud. esa responsabilidad en Chile a los constructores del puente del CauCau, a los responsables de los socavones de las dunas, a los edificios caídos en Concepción, a los contaminadores de Quintero -Ventanas, a los operadores de la línea de transmisión caída el último gran apagón, etc. etc.?, pues yo no, demasiado riesgo.
Por fortuna no queremos la atómica, ¿verdad?, se ofrece la palabra… Tampoco estamos en condiciones de procesar uranio, no quisiéramos entrar en dependencia tecnológica y por combustible nuclear, tampoco estaríamos dispuestos dejar la basura radioactiva irresponsablemente a los chilenos del futuro, ¿verdad también?…
Msc. Ing. Pedro Serrano Rodríguez
Académico e investigador del Departamento de Arquitectura y director de la Unidad de Arquitectura Extrema de la Universidad Técnica Federico Santa María (UTFSM). También es Socio de la Asociación Chilena del Espacio (ACHIDE), Fundador y presidente del Directorio Fundación TERRAM para el Desarrollo Sustentable, Fellow de Ashoka y Socio del Foro de Altos Estudios Sociales Valparaíso. junio 2025.
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