El estudio actual de la sensorialidad humana y sus interacciones con la complejidad cerebral de nuestros cuerpos, muestran, en el primer cuarto del siglo XXI, que ambas cosas han avanzado muchísimo: Por un lado, los decimonónicos cinco sentidos, son ahora más de 16 y actúan en conjunto con nuestra cultura, memoria y trayecto de vida. Sabemos Además que un cerebro humano tiene entre 80.000 y 100.000 millones de neuronas y cada una de estas puede extender hasta unas 2000 dendritas conectadas, configurando un tejido que más crece y se complejiza en la medida que aprendemos. De hecho, más que número de neuronas, la inteligencia crece con la cantidad de conexiones en el tejido neuronal de cada individuo. No hay ningún cerebro igual a otro. Somos en la actualidad 8.000.000.000 de cerebros humanos distintos.
El cobijo humano ha ido evolucionando según climas y territorios, sus agrupaciones gregarias con redes y sistemas, sólo en los dos últimos siglos, han llegado a ser ciudades con varios millones de habitantes. En particular, el proyecto de arquitectura ya no es un dibujo, hoy en día más allá de cobijo bioclimático y térmico, los espacios diseñados deben responder a cada vez más percepciones sensoriales múltiples y simultáneas que se dan interrelacionadas e influyen en el comportamiento humano.
Hay espacios diseñados que pueden enloquecer a sus habitantes, generar violencia, provocar depresión, euforia, mejorar o deprimir la creatividad, ayudar a curar o enfermar. Es decir, no basta con que sea calientico, temperado o frio según el clima, bien ventilado, con servicios y sistemas bien equipado o inteligente robótico, como se usa ahora. El buen espacio del futuro deberá responder a la neurología del y los usuarios y esto significa atender con las variables del diseño, de modo simultáneo, a cada vez mayor número de variables perceptuales. Eso es lo que se ha dado en nombrar como “neuro arquitectura”
Así como la neurología, la rama de la medicina que estudia el sistema nervioso, avanza permanentemente y la ciencia ha logrado comenzar a entender mucho mejor el comportamiento el cerebro, la neuro arquitectura también está en proceso y desarrollo, intentando decir que ya no son sólo al plano, los detalles, el render y la maqueta los elementos que definen el diseño del futuro. Que los cálculos estructurales, térmicos, acústicos y de iluminación ya son de norma, pero aún están incompletos en lo sensorial. Además, intuimos que hay reacciones fisiológicas y psicológicas, que relacionan nuestro comportamiento individual respecto de los espacios naturales y los diseñados por seres humanos. Con una gran diferencia, los espacios naturales son de una enorme dinámica y variabilidad y los de diseño y construcción humanos suelen ser más bien estáticos.
Los parámetros que determinan el confort térmico, acústico, lumínico y alimentario siguen rangos relativamente ya determinados, curiosamente muy semejantes en todas las culturas, y garantizan, en español, el bienestar, pero no aseguran el bienser como complemento necesario. Entendiendo que el bien-estar y el bien-ser en nuestro idioma latino son significados separados.
Tanto ciudades como viviendas, por muy incorporadas a su entorno que se diga han sido diseñadas, son hoy en día islas y hasta cascaras insertas artificialmente en la naturaleza circundante. Cosa que muchos animales hacen de alguna manera con sus nidos, cuevas, panales y aleros naturales.
La IA
Por su parte, la capacidad de almacenar, clasificar y correlacionar miles de millones de datos, impulsada por el acceso a nuevos computadores, grandes memorias, servidores y chips electrónicos de alta capacidad, ha permitido desarrollar grandes instalaciones de cómputo, con enormes gastos de energía y sistemas de enfriamiento, que de un modo interactivo, recogen datos en todos los idiomas y son capaces de apoyar con data organizada, desde consultas simples de ciudadanos provistos de un celular, hasta complejos procesos científicos de todas las ramas del conocimiento y actividad humana. Con capacidad de mejorar, corregirse, complementar de un modo creciente, aplicando el “aprendizaje de máquinas” (Machine learning), “aprenden” constantemente y sin descanso a velocidades, para nosotros inconcebibles, de todas las interacciones del conocimiento humano almacenado, más sus propias correlaciones internas.
El aprendizaje automático ya tiene varios modelos altamente eficientes, hay 10 países que lideran el ranking de esta tecnología, que como se inicia con modelos neurológicos humanos para llegar a imitar y superar la inteligencia humana, se ha dado en llamar Inteligencia Artificial IA. Un concepto nacido en 1956 en Hanover, USA.
Estados Unidos, China, Reino Unido, India, Emiratos árabes, Francia, Corea del Sur, Alemania, Japón y Singapur son los países que lideran los desarrollos en IA del planeta. La IA influye hoy en día en las gobernanzas de los países, los comportamientos sociales, la ciencia, la salud, las artes, la educación, la ingeniería, la industria y el comercio globales.
Por supuesto, siendo Arquitectura una disciplina integrativa, de alguna manera de todo lo anterior, también es un campo donde la IA ya incursiona y aprende recursivamente. De hecho, nuestros estudiantes USM, usan IA cada vez más intensivamente, acudiendo a un aprendizaje aun desorganizado y voluntarioso. Todos tienen acceso a plataformas simples de IA en sus celulares, computadores y algunos han adquirido Chats más avanzados para resolver asuntos de sus cursos y talleres. En esto desde ya, las IA muestran que, “saben” o tienen en sus memorias, bastante más de lo imaginado, dado que tienen acceso a contenidos digitales en las materias concurrentes en bibliotecas de conocimientos de todos los idiomas del planeta. Es interesante discutir si el manejo eficiente de las IA debiese enseñarse curricularmente y la universidad comprar accesos institucionales a algunas IA globales
Por supuesto las IA para nada son perfectas, pero se perfeccionan incansablemente, del mismo modo tiene acceso a todo el conocimiento que desarrollamos en neurología, por ello la neuro-arquitectura y la IA están y estarán cada vez más interconectadas, lo que resulta, más que en aplicar un miedo a lo desconocido o las teorías conspirativas en torno a la IA, en un campo enorme de oportunidades para la arquitectura del futuro, más que cercano, el inmediato.
Msc. Ing. Pedro Serrano Rodríguez, Arquitectura USM, Valparaíso Agosto 27 2025.
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