El agua que se va – Columna Pedro Serrano

El calentamiento global ha tenido interesantes efectos en nuestro manejo territorial del agua. Sobre todo, en el hecho que los conocidos reservorios naturales de agua de nuestro país estaban fundamentalmente sólidos en el pasado, en Chile, los llamados hielos eternos, muchos de los cuales ya no lo son. Esto último debido a dos fenómenos simultáneos; los glaciares están retrocediendo y la cota de temperatura cero en nuestras montañas ha estado subiendo cada año más alto. Por lo tanto, aquella entrega anual cadenciosa de agua líquida proveniente de nieve y hielos hacia ríos y lagos ya no es así. El agua de lluvias cada vez más densas y rápidas, cae abundante en cuencas montañosas altas, que ya no congelan y nada las retiene, por lo tanto, escurren instantáneamente hacia abajo, provocando salidas de causes e inundaciones catastróficas en territorios agrícolas y poblados.

El calentamiento global, sobre todo en el aumento de temperatura en aguas del Pacífico, el océano más grande del planeta, provoca una tasa de evaporación mucho mayor a la histórica. Aguas calientes y bajas presiones implican mayores frentes de tormentas, incluidos los ya conocidos ríos atmosféricos, que traen mucha agua evaporada sobre América de Sur que, en el caso de Chile, no siempre es detenida ni retenida por la Cordillera de los Andes. En el último tiempo el fenómeno de nuestras recurrentes inundaciones, ya lo hemos descrito en artículos anteriores, se viene repitiendo año a año con ciudades inundadas, ríos desbordados y muchas pérdidas de campos de cultivo, remociones de masa, infraestructuras y daños a las viviendas. La crisis del calentamiento global ya está aquí, no es sólo un problema nacional y no podemos revertirla.

Planteado de una manera simple, Chile, sus cultivos, bosques, industrias, minerías y sus ciudades siempre necesitan agua, pero ahora el agua llega esporádica, abundante, rápida y debemos aprender a retenerla, antes que se vaya al mar o se expanda donde no debiese generando desastres.

Deberemos generar como país grandes reservorios artificiales, que sean capaces de retener, desarrollar infraestructuras para infiltrar controladamente y manejar el agua de todas las cuencas del país, tanto en la superficie como en el subsuelo. Un ejemplo local exitoso hasta ahora, es al tranque artificial Los Aromos al final del estero de Limache en su salida al río Aconcagua, Grandes bombas suben el agua del río antes que llegue al mar y van llenando el embalse, junto con la captación pluvial de toda la cuenca, aseguran el abastecimiento de agua al gran Valparaíso y Viña del Mar.

Existen otros reservorios importantes, aun poco mapeados, mal controlados y de volúmenes escasamente medidos, estas son las aguas subterráneas, infiltradas en capas permeables a profundidades no del todo conocidas, existen lagos y lagunas bajo el suelo, la mayoría en capas esponjosas del subsuelo. Por ejemplo, históricamente el agua de Iquique proviene de un enorme manto relicto subterráneo en la meseta superior (Pampa del Tamarugal), que se recargaba lentamente, por los siglos, con agua de las montañas. Existían allí hace más de 50 años las “cochas”, los habitantes plantaban en excavaciones longitudinales en el desierto y cultivaban sin regar. Todo eso, que tenía miles de años, ya no puede ser, dado el alto volumen de agua que demanda una ciudad en el desierto costero. Esa ciudad, hoy con 200.000 habitantes, en del futuro deberá desalinizar agua de mar para subsistir y prosperar.

El calentamiento global ha cambiado los ciclos del agua a los que estábamos acostumbrados, hace por lo menos desde 20 años atrás. Llevamos en Chile 20 años de sequía prolongada y en esos 20 años, hemos subido de 15 a 20 millones de habitantes, la crisis ya está definida, con una demanda de agua creciente, el país debe implementar estrategias a corto, mediano y largo plazo, por un lado para proteger sus glaciares, construir infraestructuras para retener el agua de lluvias intensas y esporádicas, lluvias con cota cero más alta, esto significa desarrollar nuevos embalses y sistemas de infiltración inteligentes, mejorar las tecnologías de uso de agua en la minería, la industria, la agricultura, las ciudades y el sector habitacional, aumentar de todas maneras, la desalinización.

Por supuesto, debemos entender que el agua, en su ciclo natural, la interceptamos las comunidades humanas con nuestros sistemas de vida y sistemas productivos, pero el agua debe continuar su tránsito, y he aquí la condición, continuar lo más limpio posible, ojalá sin hidrocarburos, químicos industriales, agroquímicos, micro plásticos, materias orgánicas contaminantes, metales pesados, y todo aquello con lo que artificialmente ensuciamos las aguas que interceptamos de su ciclo natural.

 Por supuesto, en lo político y económico, debemos evitar dejar el control del agua del país en manos de las codicias del mercado, el acceso igualitario al agua limpia y potable, para nosotros, nuestros hijos, nuestros nietos, está en crisis. Se trata de un derecho humano inalienable y en Chile responsabilidad del estado.

Msc. Ing. Pedro Serrano Rodríguez
Académico e investigador del Departamento de Arquitectura y director de la Unidad de Arquitectura Extrema de la Universidad Técnica Federico Santa María (UTFSM). También es Socio de la Asociación Chilena del Espacio (ACHIDE), Fundador y presidente del Directorio Fundación TERRAM para el Desarrollo Sustentable, Fellow de Ashoka y Socio del Foro de Altos Estudios Sociales Valparaíso. Octubre 2024.

 


*Las opiniones vertidas en este espacio son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten, y no representan necesariamente el pensamiento del Departamento y la Universidad.

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María Cirano

Chile 🇨🇱
Arquitecta y Fotógrafa

El Ingeniero Comercial USM realizó un MBA en Control de Gestión en el Institut Léonard de Vinci.

Andy Carreño, Ingeniero Comercial de la Universidad Técnica Federico Santa María conoció a su actual señora -de nacionalidad francesa- en nuestra Casa de Estudios. Por ello, decidió emigrar a Francia, donde estudió un MBA en Control de Gestión en el Institut Léonard de Vinci. Cabe destacar, que en su época universitaria realizó una pasantía en La Bocconi, universidad ubicada en Milán.

Andy el 2016 decidiste comenzar una nueva vida en Francia, ¿cómo surgió esta idea y por qué en aquel país?

“En mi época universitaria me fui de intercambio a La Bocconi, universidad ubicada en Milán. Me enamoré de Europa y siempre quise volver. Además, conocí a mi actual señora francesa quien se encontraba de pasantía en la Universidad Técnica Federico Santa María.

Luego de finalizar mis estudios, decidí emigrar a Francia para estar con ella. No obstante, la gran dificultad de este cambio de vida ha sido el idioma aunque éste ha mejorado año tras año. Cursé una formación intensiva para aprender francés y posteriormente trabajé en una start up lo que me permitió obtener un mejor nivel escrito y oral de la lengua. Además, realicé un MBA en Control de Gestión en el Institut Léonard de Vinci.

Vivir en el extranjero ha sido una gran experiencia. Me reúno con una comunidad de chilenos para eventos claves, como lo son las Fiestas Patrias. También, los franceses me han acogido muy bien en los trabajos y han sido empáticos con mi llegada”.

Volviendo al pasado, ¿por qué decidiste estudiar en la Universidad Técnica Federico Santa María? ¿qué valoras de ser un exalumno de nuestra Casa de Estudios?

“Nací en Valparaíso y gran parte de mi familia estudió en la Universidad Técnica Federico Santa María. Por ello, decidí ingresar a dicha Casa de Estudios. Su prestigio e historia, la hace aún más única.

Por otra parte, me siento orgullo de ser parte de la comunidad sansana. He visto bastantes reportajes de exalumnos y de académicos que se destacan en un área en particular. Tengo excelentes recuerdos y lo que más me fascina es la infraestructura del edificio emblemático del Campus Casa Central Valparaíso.

La USM me entregó una formación sólida que nos lleva a ser excelentes profesionales, donde encontramos soluciones a todos los problemas. Además, contamos con una tremenda capacidad de adaptación”.

Por otra parte, estudiaste un MBA en Control de Gestión en el Institut Léonard de Vinci ¿cómo calificarías dicha experiencia?

“Fue una gran experiencia estudiar un MBA en Francia, donde mi objetivo fue conocer las finanzas internacionales y francesa. Allí conocí muchas personas de múltiples culturas e hice grandes contactos”.

 

Finalmente, ¿cómo te ves de acá a cinco años más? ¿cuáles son tus proyecciones profesionales?

“Me gustaría relacionarme más con la agricultura francesa. Además, mi proyecto a mediano plazo es ser asesor financiero de dicha industria en este país”.