Se habla, se investiga y se publica mucho sobre los microplásticos en el ambiente y sobre todo su impacto en la salud, de hecho, he leído esta semana varios artículos con planteamientos semejantes. Por un lado se fomenta mucho el reciclaje, la reutilización como las soluciones, pero esta estrategia comunicacional más semeja una estrategia catártica para mantener tranquila ocupada y desinformada la población, mientras se siguen produciendo utilizando miles de toneladas de plásticos que, dado el bajo reciclaje nacional, 8%, que además no los elimina, se incorporan masivamente al ambiente de todos. La pregunta de fondo es, si ya sabemos todo esto, ¿porque el estado no interviene seriamente en terminar con el problema y la amenaza evidente, y sigue sucumbiendo a las presiones y el lobby de una industria que sigue utilizando estos plásticos sin hacerse cargo de sus impactos negativos sobre todo en el territorio, su población y biodiversidad?
Los plásticos más conocidos y usados en nuestro entorno son susceptibles de ser trozados, por acción mecánica, humana o natural, como en el caso del océano, hasta trozos muy pequeños, mucho menores que un milímetro, llegando a tamaños sólo visibles con microscopio. Estos nuevos fragmentos artificiales, que pueblan nuestro entorno, se hayan principalmente en los cursos de agua, ríos, lagos, nieves, hielos glaciares, océanos. Lo más grave es que se han encontrado en nuestra sangre, cerebro, corazón, genitales, en los peces, mamíferos, aves que comemos y en el agua que tomamos. Los micro plásticos son elementos nuevos, muy nuevos en el ambiente terrestre, son parte de siglo XX y ahora, en el siglo XXI, se han producido por millones de toneladas. Se estima en el planeta se producen la cantidad de 400 millones de toneladas anuales de plasticos.
Como son de producción industrial artificial, los distintos plásticos, termoplásticos, termoestables y elastómeros, pueden permanecer, años, décadas, hasta cientos de años en la naturaleza sin degradase, mientras por acciones mecánicas se muelen hasta ser parte de los micro plásticos, que ya han ingresado, por ejemplo, al cuerpo humano, su cuerpo. El cuerpo de quien lee estas líneas que ya tiene microplásticos en su sangre.
En Chile: Un estudio realizado por la Universidad de Chile, puso a prueba a 12 marcas de agua embotellada y estimó la concentración de microplásticos, y concluyó que puede existir un consumo de entre 160 y 270 partículas de plástico por cada kilogramo de su peso corporal durante un año por persona.
- También se han producido grandes concentraciones de residuos plásticos en los océanos llagando a producir islas flotantes del tamaño de un país.
- Great Pacific Garbage Patch (Isla de plástico del pacífico)
- Indian Ocean Garbage Patch (Isla de plástico del océano índico)
- North Atlantic Garbage Patch (Isla del océano atlántico)
- South Pacific Garbage Patch (Isla del pacífico sur)
- South Atlantic Garbage Patch (isla del páficico sur)
En Chile se consume aproxximadamente 1.000.000 de toneladas de plásticos al año, se recicla menos de un 10%, 23.000 toneladas son de un solo uso.
A todo esto, se debe destacar que el reciclaje no “retira” al material del ambiente, si no que sólo prolonga su estadía. Se puede decir aquí que reciclar no es la solución, sobre todo en los plásticos. Sus moléculas pueden durar siglos. La solución en está en las Rs de “RECHAZAR” y “REEMPLAZAR” vale decir, evitar a toda costa su uso, sobre todo por ley, en los rubros en los que hay reemplazos evidentes.
En las islas de plástico globales y en los desechos plásticos de nuestras costas es fácil seleccionar los más abundantes: El poliestireno, principalmente expandido, usado como aislante térmico en la industria y en la construcción, material flotador y cajas de embalaje para mantención de frio y protección mecánica (amortiguar golpes). Se disgrega fácilmente en pequeñas bolitas y estas a su vez en micro plástico, la molécula se estima puede permanecer sobre 500 años intacta.
Otro componente flotante de polímero es el poliuretano, usado abundantemente como espuma de poro abierto en nuestros colchones de espuma y también espuma de poro cerrado en los aislantes de frigoríficos y construcción.
Entre muchos otros, tal vez el más importante, por sus productos flotantes y duraderos, de uso común como envases de aguas, bebidas, aceites y comestibles: El POLIETILEN TEREFTALATO, PET, n0 1 en el código de clasificación, basta con ver los retiros de playas, aluviones, corrientes de ríos y estéreos. las botellas de PET abundan sobre todo en su llegada al mar y forman el principal recurso volumétrico flotante de las islas globales de plástico.
Por dar un ejemplo Coca-Cola, el mayor productor de bebidas y agua envasada de Chile produce del orden de 1800 millones de envasas diarios, suponiendo solo botellas de 2 litros (cómo promedio) son unos 3600 m3 en volumen, una cifra de todas formas enorme, de la cual, según estadísticas, sólo 144.000 (8%) son teóricamente recicladas, convertidas nuevamente en resina para fabricación de más botellas. El Reemplazo evidente está en el material más abundante que disponemos, el vidrio, que igualmente se recicla, pero no agrega microplásticos al ambiente.
Bajo la opinión personal del autor, este uso indiscriminado de plásticos es un crimen ambiental mayor, que afecta al territorio y al planeta, un crimen que es actualmente legal y aceptado por el estado de Chile. Agregado a esto que las campañas de reciclaje son solo una suerte de campaña publicitarita, una catarsis encubierta para la conformar población. Un acuerdo o trato semejante protege a los usuarios de poliuretano, el PET y poliestireno que producen y botan plástico flotante convertible en microplásticos sin sanción alguna.
De acuerdo a la información nacional existente, los tres plásticos mencionados son inocuos para la salud de las personas y el ambiente, lo cual es obviamente una mentira sostenida, publicitariamente, para permitir los desarrollos comerciales industriales de los mismos.
Nos estamos mintiendo a nosotros mismos y conformando como ciudadanos, mientras nos invitan a realizar reciclajes y limpiezas catárticas que no solucionan el problema de fondo.
Msc. Ing. Pedro Serrano Rodríguez
Académico e investigador del Departamento de Arquitectura y director de la Unidad de Arquitectura Extrema de la Universidad Técnica Federico Santa María (UTFSM). También es Socio de la Asociación Chilena del Espacio (ACHIDE), Socio Fundador y presidente del Directorio Fundación TERRAM para el Desarrollo Sustentable, Fellow de Ashoka y Socio del Foro de Altos Estudios Sociales Valparaíso.
Marzo 2025
* Las opiniones vertidas en este espacio son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten, y no representan necesariamente el pensamiento del Departamento y la Universidad.