El proyecto “Otros Ojos, Otra Vida” fue realizado por un equipo liderado por exalumnos de Arquitectura, quienes filmaron un video en 360° como una forma de explorar el impacto de este tipo de registros audiovisuales en la entrega de mensajes de contenido social.
Mostrar al público universitario los efectos del uso irresponsable del alcohol, a través de un video proyectado en visores de realidad virtual, es el objetivo de la iniciativa “Otros Ojos, Otra Vida: Experiencia inmersiva en realidad virtual”, realizada por un equipo de exalumnos del Departamento de Arquitectura de la Universidad Técnica Federico Santa María.
En el proyecto, liderado por los arquitectos sansanos Eduardo Valenzuela y Gonzalo Barrientos, se grabaron escenas recreadas por actores en las dependencias de USM Casa Central, usando una cámara capaz de filmar en 360° y creando de este modo un video compatible con visores de realidad virtual.
Este recurso entrega la posibilidad de controlar el campo visual al reproducir la grabación, permitiendo al usuario vivir una situación de manera inmersiva, como si fuese él o ella quien está en el lugar del registro audiovisual y viviera la historia contada como un personaje más.
“La meta del proyecto es ocupar la realidad virtual como una herramienta de comunicación para tratar temas socioculturales, y así experimentar qué tal funciona”, señala Eduardo Valenzuela sobre la iniciativa. “La idea es que después podamos comentar la experiencia y hacer encuestas para medir su efectividad, si es que logró llegar el mensaje”.
El video tuvo su primera aparición ante la comunidad universitaria dentro de la Feria de la Salud, durante la Semana Sansan@ Saludable, y estará disponible nuevamente en diferentes instancias durante el presente año, dentro y fuera de la Universidad.
El proyecto “Otros Ojos, Otra Vida” se enmarca en la iniciativa “Realidad virtual para la formación académica y cultural”, financiada a través del Fondo de Desarrollo Institucional 2014 (FDI) UTFSM MINEDUC ($5MM), y el Fondo Concursable de la Dirección de Relaciones Estudiantiles 2015, UTFSM ($700M), adjudicado por la agrupación de alumnos y exalumnos de Arquitectura “Architheutis”, de la que son parte Valenzuela y Barrientos.
Para su realización, éste contó también con la colaboración Eliud Valdivia Miranda, Comunicador audiovisual de Duoc UC, y Abdel Rojas Silva, memorista de Ingeniería de Ejecución Informática de la USM, además del equipo de apoyo externo encargado de las grabaciones Inmersivo, empresa de la V Región.
Realidad virtual y arquitectura
Los estudiantes autores del proyecto ya han trabajado anteriormente con la aplicación de herramientas de realidad virtual, habiendo desarrollado un módulo de taller para estudiantes de primer año de Arquitectura el pasado 2015. Sin embargo, ésta es la primera vez en la que se embarcan en un proyecto de este tipo.
“Vimos experiencias de este tipo que se han hecho en otros países, y nos llamó mucho la atención que la realidad virtual diera la posibilidad de sentirse presentes en el lugar”, expresa Valenzuela. “Pensamos que aquí hay una gran oportunidad para comunicar, al mostrar una situación y que la gente, al vivirla desde los ojos de otra persona, pueda generar empatía con lo que está viendo”, añadió el arquitecto.
Inspirados por esto, los integrantes el equipo decidieron aplicar esta herramienta a una causa de carácter social, algo que, de acuerdo a ellos, no se aleja del todo del quehacer de su carrera.
“La arquitectura actualmente es un campo muy amplio. El modelado 3D es una herramienta muy fuerte, y de ahí saltamos a lo que es realidad virtual OVOJ3como apoyo académico, que es nuestro proyecto FDI. Ha sido un camino paso a paso, donde hemos aplicado todos los conocimientos que tenemos como arquitectos, y consideramos que no está tan alejado como parece”, manifestó Gonzalo Barrientos.
“Como arquitecto, uno diseña en función de lo que hacen las personas, por lo que se relaciona con el tratar de hacerse cargo de problemas sociales”, agregó Valenzuela.
A partir del resultado de “Otros Ojos, Otra Vida”, el equipo de exalumnos de la USM planea seguir realizando más experiencias de este tipo. “Sería ideal postular a algún fondo, para que esta técnica se pueda desarrollar a nivel público, en colegios por ejemplo, y que pueda ser un recurso útil con impacto social”, finalizó Valenzuela.