Pedro Serrano, profesor del Departamento de Arquitectura del Plantel y parte del equipo de la Unidad de Arquitectura Extrema de la Unidad, se refiere al potencial geográfico del país para estos fines, además de detallar los desafíos que reviste la idea de colonizar o trasladar las industrias a otro planeta.
La colonización del espacio es un antiguo anhelo de la humanidad, que ha cobrado una nueva perspectiva gracias al avance del cambio climático. La urgencia de buscar soluciones en caso de que el calentamiento global convierta a la Tierra en un lugar inhóspito, llevó recientemente a una reunión especial de la Agencia Espacial Europea (ESA), que planea instalar en la Luna un asentamiento conocido como Moon Village para reemplazar a la Estación Espacial Internacional (EEI), que estaría ya obsoleta durante la próxima década.
Marte también está dentro de los planes, donde la arquitectura y la ingeniería han sido aliados claves. Como explica Pedro Serrano, académico del Departamento de Arquitectura de la Universidad Técnica Federico Santa María, y director de la Unidad de Arquitectura Extrema del mismo, en un planeta como este último hay menor gravedad y una atmósfera más tenue y con una distinta composición gaseosa en comparación al nuestro.
“El principal gas en la atmósfera de Marte es CO2, con un 95,32% y con pocas trazas de oxígeno molecular, del orden de un 0,13%; en la Tierra, en cambio, el principal gas atmosférico es el nitrógeno con un 78,1% y el oxígeno es el 21%”, detalla. Y si a esto se suman temperaturas que oscilan entre ‐140º C y 20 º C, la importancia de los refugios aparece como algo fundamental”, recalca.
“En casos así se necesita una arquitectura inmediata”, asevera el experto, añadiendo que “el traje debe proteger de la escasa presión y los refugios facilitar deposiciones, reciclaje, agua de beber y oxígeno para respirar. La arquitectura siguiente, ya sea vehículo, arquitectura móvil o refugio, de tipo superficial o submarciano, deberá responder adecuadamente a estas condiciones primarias, incluyendo tormentas de polvo y temperaturas extremas”.
No obstante, Serrano es enfático al afirmar que el principal enemigo de la vida humana es la radiación estelar del llamado “planeta rojo”, que “no tiene capa de ozono, ni suficiente atmósfera, ni campo magnético adecuado, para detener la radiación electromagnética de alta energía que choca y atraviesa nuestros planetas. Por esto, los tiempos de exposición humana son hoy en día cruciales para la planificación de estas misiones”.
Respecto a la idea lanzada recientemente por el fundador y CEO de Amazon, Jeff Bezos, sobre trasladar gran parte de la industria al espacio, Serrano opina que considerando que allí la radiación solar es mucho mas intensa y se puede captar de forma continua en sitios sin sombra planetaria, habría una disposición inconmensurable y gratuita de energía para la producción industrial pesada, ante lo cual el manejo de agua y el suelo fértil podría ser la ocupacion productiva en la Tierra.
“Estamos pensando en los próximos 50 o 100 años, con mucho mejor tecnologia robótica, mejor transporte al espacio exterior, arquitectura extrema para condiciones de gravedad cero, vacío y radiación intensa, y acceso a materias primas en varias lunas y planetas. Lo más importante es entender que todo esto habrá que hacerlo limpio y sustentable. No se rata de arruinar el especio exterior con basura y contaminantes”, subraya.
Las ventajas que ofrece Chile
Un país como Chile tiene mucho que decir en esta etapa de “ensayo” de la arquitectura extraplanetaria. Serrano ha avanzado junto a su equipo de la red-planet-571902_1920Unidad de Arquitectura Extrema de la USM en el diseño e implementación de refugios en territorios y climas rigurosos, como Campos de Hielo Sur, todos con características sustentables, y en asociación con instituciones como el Ejército de Chile.
Por eso, gracias a su experiencia, el académico está convencido de los atributos con los que cuenta el país para realizar indagaciones referidas a otros planetas, lo cual ya fue refrendado por la propia NASA, que probó sus robots de exploración marciana en Chile.
“Este país presenta condiciones territoriales extremas en el Desierto de Atacama y la Cordillera de los Andes, con bajas presiones, escasez de oxígeno y suelos diversos”, plantea. “Se puede acceder a climas muy fríos y muy cálidos, a varios miles de volcanes, contamos con la plataforma antártica y también con territorios secos, donde se deben soportar fríos de hasta ‐60ºC, con vientos de 100 a 200 kilómetros por hora. Y como si eso fuera poco, disponemos de 5.000 kilómetros de costa pacífica, con fosas oceánicas de ocho kilómetros de profundidad. Chile tiene el privilegio de tener y acceder a laboratorios naturales únicos en el planeta”, consigna.