Columna de nuestra académica Marcela Hurtado en el Mercurio de Valparaíso

marcela-hurtado-mercuriovalpoValparaíso, una ciudad con vocación global

La histórica condición global del puerto de Valparaíso puede rastrearse a través de diversas disciplinas y miradas. El caso de la arquitectura, o más específicamente, de la configuración urbana que hoy observamos – instalaciones portuarias incluidas – es un buen ejemplo de ella. Tan interesante como los propios edificios es la historia y circunstancias que los vieron nacer donde las aportaciones foráneas son indiscutibles. La consolidación urbana de Valparaíso iniciada a partir de la segunda mitad del siglo 19 es indisociable de los grupos de inmigrantes que llegan al puerto, atraídos por las oportunidades económicas impulsadas por las políticas económicas impuestas tras la Independencia. Valparaíso se nutrió de todas las oportunidades que ofrecía el intercambio global que se deprendían de la situación privilegiada que ostentó por varias décadas en las rutas de navegación mundiales. Obras de arquitectura que albergaron edificación pública, oficinas comerciales, industrias, viviendas, así como la infraestructura portuaria son un testimonio de este hecho. Aquí es donde la huella de los extranjeros es visible, por las aportaciones que hacen a la imagen de la ciudad, tanto en obras individuales, sectores o infraestructura diversa.

Estas colonias extranjeras dejaron su estampa en diversos sectores de la ciudad – la propia toponimia lo confirma – ya sea por su contribución al desarrollo de la misma o por la conformación de barrios con una clara identidad. Este fue el caso de los cerros Alegre y Concepción donde alemanes e ingleses residentes instalan sus viviendas, escuelas, iglesias y otras instituciones, otorgándole un sello distintivo que sigue caracterizando el lugar, a pesar de cambios en los usos y la diversidad de residentes. La condición global que deja traslucir la arquitectura se manifiesta en el empleo de técnicas constructivas, materiales y estilos foráneos, que abundan en otras ciudades puertos de toda América, donde estas mismas colonias se radicaron. Cabe destacar, no obstante, la lección de los destructivos terremotos de 1822 o de 1906 que repercute en la forma de construir y diseñar, evidenciando que no bastaba con importar estilos en boga en Europa, sino que fue necesario arraigarlos a las condiciones que imponía este territorio.

Los italianos fueron otra de las colonias más importantes. Su legado en términos arquitectónicos fue considerable hasta avanzado el siglo 20: el marcado estilo neoclásico que exhibía la ciudad en edificios públicos, arquitectura religiosa o residencial lo ilustra; importantes edificios diseñados por los arquitectos triestinos Arnaldo Barison y Renato Schiavon como la biblioteca Santiago Severín o el Palacio Babburiza, son parte de su valioso legado. Cabe mencionar la antigua Fábrica Costa, levantada en los años 20 por inmigrantes italianos, y que forja un barrio industrial en las faldas del cerro O’Higgins, época en que la actividad industrial aun era un motor de desarrollo en la comuna.

Estos son sólo algunos ejemplos de la huella que dejaron las colonias en Valparaíso, ya sea mediante operaciones sistémicas que conforman tramas o barrios, o bien representado en obras individuales de maestros extranjeros que trasladan las vanguardias europeas al puerto de Valparaíso.

La ciudad para finales del siglo 19 está bastante configurada en términos urbanos: consolidación del sector comercial, cívico y equipamiento en las partes bajas, y residencial en quebradas y mesetas de los cerros. La zona portuaria, sin embargo demandaba de una modernización de su infraestructura para optimizar sus operaciones que seguían desarrollándose de forma anacrónica. La larga discusión no estuvo exenta de polémicas y posiciones encontradas, apoyadas en consideraciones técnicas, económicas y políticas, en un escenario que recuerda el debate ciudadano actual sobre las obras de – una vez más – modernización del puerto, para hacer frente a nuevos requerimientos. El tema era complejo además por el desafío que suponía hacer frente a las condiciones de la bahía: exposición, profundidad y características del suelo. Se suceden una serie de iniciativas, con participación también de profesionales extranjeros, destacando especialmente los notables estudios técnicos y propuestas del ingeniero holandés Jacobo Kraus que, si bien no llegan a materializarse según lo proyectado, sirvieron de base a la construcción de obras tan notables como el rompeolas, inaugurado en 1912, un hito en la historia de las obras marítimas a nivel mundial.

Revisar los procesos históricos que configuraron la ciudad puerto de Valparaíso, la relación con otras actividades económicas, con sus habitantes, se presenta como una oportunidad para reflexionar acerca de las circunstancias que situaron a Valparaíso a la cabeza del comercio marítimo del Pacífico, dejando de paso un legado construido que evoca esa temprana globalización. Pareciera obvio que la vocación global de Valparaíso está en su condición de puerto, y en esta última los fundamentos de su identidad, sin embargo parece no ser una afirmación siempre compartida o consensuada que plantea hoy interrogantes, donde cabe esperar que el debate y especialmente las propuestas aporten a la interesante historia urbana del puerto.

Marcela Hurtado Saldías
Arquitecto
Académica Departamento de Arquitectura
Universidad Técnica Federico Santa María
@HurtadoMarcela

Fuente original: Mercurio de Valparaíso

* Las opiniones vertidas en este espacio son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten, y no representan necesariamente el pensamiento del Departamento y la Universidad.

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María Cirano

Chile 🇨🇱
Arquitecta y Fotógrafa

El Ingeniero Comercial USM realizó un MBA en Control de Gestión en el Institut Léonard de Vinci.

Andy Carreño, Ingeniero Comercial de la Universidad Técnica Federico Santa María conoció a su actual señora -de nacionalidad francesa- en nuestra Casa de Estudios. Por ello, decidió emigrar a Francia, donde estudió un MBA en Control de Gestión en el Institut Léonard de Vinci. Cabe destacar, que en su época universitaria realizó una pasantía en La Bocconi, universidad ubicada en Milán.

Andy el 2016 decidiste comenzar una nueva vida en Francia, ¿cómo surgió esta idea y por qué en aquel país?

“En mi época universitaria me fui de intercambio a La Bocconi, universidad ubicada en Milán. Me enamoré de Europa y siempre quise volver. Además, conocí a mi actual señora francesa quien se encontraba de pasantía en la Universidad Técnica Federico Santa María.

Luego de finalizar mis estudios, decidí emigrar a Francia para estar con ella. No obstante, la gran dificultad de este cambio de vida ha sido el idioma aunque éste ha mejorado año tras año. Cursé una formación intensiva para aprender francés y posteriormente trabajé en una start up lo que me permitió obtener un mejor nivel escrito y oral de la lengua. Además, realicé un MBA en Control de Gestión en el Institut Léonard de Vinci.

Vivir en el extranjero ha sido una gran experiencia. Me reúno con una comunidad de chilenos para eventos claves, como lo son las Fiestas Patrias. También, los franceses me han acogido muy bien en los trabajos y han sido empáticos con mi llegada”.

Volviendo al pasado, ¿por qué decidiste estudiar en la Universidad Técnica Federico Santa María? ¿qué valoras de ser un exalumno de nuestra Casa de Estudios?

“Nací en Valparaíso y gran parte de mi familia estudió en la Universidad Técnica Federico Santa María. Por ello, decidí ingresar a dicha Casa de Estudios. Su prestigio e historia, la hace aún más única.

Por otra parte, me siento orgullo de ser parte de la comunidad sansana. He visto bastantes reportajes de exalumnos y de académicos que se destacan en un área en particular. Tengo excelentes recuerdos y lo que más me fascina es la infraestructura del edificio emblemático del Campus Casa Central Valparaíso.

La USM me entregó una formación sólida que nos lleva a ser excelentes profesionales, donde encontramos soluciones a todos los problemas. Además, contamos con una tremenda capacidad de adaptación”.

Por otra parte, estudiaste un MBA en Control de Gestión en el Institut Léonard de Vinci ¿cómo calificarías dicha experiencia?

“Fue una gran experiencia estudiar un MBA en Francia, donde mi objetivo fue conocer las finanzas internacionales y francesa. Allí conocí muchas personas de múltiples culturas e hice grandes contactos”.

 

Finalmente, ¿cómo te ves de acá a cinco años más? ¿cuáles son tus proyecciones profesionales?

“Me gustaría relacionarme más con la agricultura francesa. Además, mi proyecto a mediano plazo es ser asesor financiero de dicha industria en este país”.