¿Dónde está el agua? – Columna Pedro Serrano

El agua es una molécula singular y curiosa, está presente abundantemente en todo nuestro planeta hace millones de años, todos los seres vivos animales, vegetales, bacterias y hongos, estamos llenos de agua, el 60% o más de nuestro peso corporal es agua, agua que además, constantemente circula desde y hacia el ambiente, las verduras que comemos son casi un 90% de agua, los árboles, dependiendo de su especie, tienen un 70% de agua en su masa, por eso mismo un bosque es como un gran lago, y todos los seres vivos juntos bombeamos grandes cantidades de agua al atmósfera día a día, probablemente hemos compartido las mismas moléculas de agua con una ballena, un dinosaurio, una araña, un alerce o un baobab.

De todo esto, resulta redundante repetir que el agua es vida, que el agua no se está agotando, es más, su cantidad se mantiene más o menos estable en el planeta.

¿Qué es lo que se ha perdido debido a múltiples fenómenos, desde naturales, hasta de origen antrópico?, bueno, hemos perdido el acceso al agua dulce y limpia, fundamentalmente para bebida humana, necesaria para hacer crecer nuestra comida y claro, debemos admitir que allí estamos en crisis-. Nuestras fuentes y reservorios de agua dulce y limpia han sufrido por varias causas, desde el saqueo por intereses comerciales, agrícolas industriales y mineros mal regulados, por nuestro mal uso cotidiano; ensuciamos millones de litros al día con nuestras propias deyecciones, jabones, aceites, residuos mineros e industriales, agroquímicos y por supuesto, por la persistente sequía que, según los estudios, lleva en nuestro país entre 10 y 20 años y seguirá otras décadas más. Las nieves, antes “eternas”, y los hielos “milenarios” retroceden alarmantemente, por lo tanto están fallando los ciclos naturales a los cuales estábamos acostumbrados. Es posible que llueva mucho en poco tiempo allí donde no era usual.

Otro asunto es la población, el año 1972 los chilenos éramos 10 millones, el 80 éramos 11 millones; el 90, 13 millones; el 2000, 15 millones; el 2016, 17 millones; el 2020, 19 millones y el 2023, estamos cerca de los 20 millones. hemos crecido 5 millones de personas en 20 años, por lo tanto, por demanda y tecnología, ha debido crecer nuestro consumo de agua de un modo mayor que la población. En ese contexto, las fuentes naturales han disminuido notablemente. Allí está parte importante de la crisis.

La principal parte de esta crisis global del agua es el acceso al agua dulce limpia, filtrada, potable, un derecho humano que se ve y se verá cada vez más afectado, esta crisis no tiene vuelta atrás y se está reflejando en todo el planeta.

Entonces, los seres humanos de este país, debemos buscar asegurar el abastecimiento de agua dulce. Hoy, repito, es la crisis, pero si proyectamos al 2030, 2050, tenemos que resolver un problema político, cultural y tecnológico, ojalá que lo logremos con antelación para enfrentar lo que ya sabemos que viene (no todos parece o entienden así).

Y ¿dónde está en agua? Ya sabemos que lloverá menos, que habrá poca nieve, menos hielos, por lo tanto, debiésemos evitar que la poca agua que recibamos no se nos escurra, deberemos recolectar, embalsar, canalizar y hacer un esfuerzo tecnológico de obras en todo el país.

También hay agua relativamente limpia en nuestra atmósfera, sobre todo en lugares con humedades relativas altas, por su parte un cielo nublado es un gran lago sobre nuestras cabezas, las nubes son millares de gotitas líquidas, que no hemos logrado capturar. En algunas partes hemos logrado atrapar nieblas y vaguadas. Hay tecnologías para comprimir y enfriar el aire a modo de extraer líquida el agua gaseosa que hay en él. Todo eso aun no es barato ni masificado. La demanda mínima de agua para beber por persona, incluyendo las comidas, es de 2 litros por día, es posible recolectar el agua diaria de consumo humano, 10 litros potables por familia media al día, con relativamente poca inversión.

Hay también notables reservorios de agua, casi relicta, en grandes profundidades. No todas las aguas que escurren por la superficie van a dar al mar, una buena cantidad escurre a profundidades que aún no alcanzamos, allí hay otra veta poco explorada los acuíferos profundos a 200, 300, 500 m o más de profundidad.

Tenemos 4500 km de costa con el Océano más grande de la Tierra, eso sí, agua salada. Pero existe tecnología para desalar el agua. Chile tiene ya 24 plantas desaladores (2022), el 80% de ellas del sector minero. La osmosis reversa (presionar agua salada contra membranas nanoporosas, que dejan pasar solo el agua y dejan la sal atrás muy eficiente, pero con algunos problemas. ¿Que se hace con la salmuera que se acumula?, resulta una maldad ambiental verterla en la orilla, se requiere además una notable cantidad de energía, entre 4 y 19 KWh por cada m3 desalado. Lograr esto usando energías renovables es un potencial especialmente positivo para Chile. También hay que embalsar y conducir hacia los puntos de consumo, siempre bombeo hacia las alturas. Luego está la producción o importación de las membranas osmóticas. Aparentemente este tipo de solución está tomando fuerza en todo el planeta y obviamente ante la emergencia de años que se vienen, se requiere en nuestro país, una política pública urgente y a largo plazo, con un grado de inversión programada que aun no tenemos en Chile.

Finalmente, habiendo conseguido la valiosa agua dulce de modo tan trabajoso y oneroso, resulta de inteligencia mínima desarrollar cultura y tecnología para que todas las aguas entren a procesos circulares y no se malgasten, como por ejemplo, en los riegos por inundación tradicionales de nuestra agricultura, uso mineros e industriales controlados. Que no se ensucie el agua dulce con los sistemas sanitarios, que mezclan en cada uso del sanitario urbano 10 litros de agua (o más) dulce, potabilizada, clorada fluorada y bombeada con altos costos, con nuestras deyecciones sanitarias. Una cultura bárbara, que está distribuida en todos nuestros hogares e instituciones. El agua debiese entrar limpia a los sistemas de la ciudad y ojalá retornar limpia cuantas veces se pueda. Cuidar y preservar el agua aún no está en nuestra cultura ciudadana, minera, industrial o agrícola. El uso eficiente del agua dulce es otra y muy importante fuente de agua, el uso eficiente de agua dulce potable un asunto vital para la vida ciudadana y rural.

Agua dulce hay y mucha, no siempre líquida o a la mano, el asunto es poder extraerla, guardarla y usarla, del modo más sustentable que sea posible. La población global y la chilena crece inexorablemente, necesitaremos cada vez más agua dulce, sobre todo potable y es obligación el Estado de Chile asegurar esto en el corto plazo, con un futuro al largo plazo, sobre todo con cambios tecnológicos y culturales en todos los sectores de nuestra actividad, desde el vivir al producir y crear.

Msc.Ing. Pedro Serrano Rodríguez
Director Unidad de Arquitectura Extrema UTFSM
Miembro Foro Valparaíso de Altos Estudios Sociales
Presidente directorio de Fundación Terram para el desarrollo sustentable
Socio ACHIDE
Fellow de Ashoka
Ma 28 de marzo 2023

Fuente original: Foro de Altos Estudios Sociales Valparaíso

* Las opiniones vertidas en este espacio son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten, y no representan necesariamente el pensamiento del Departamento y la Universidad.

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María Cirano

Chile 🇨🇱
Arquitecta y Fotógrafa

El Ingeniero Comercial USM realizó un MBA en Control de Gestión en el Institut Léonard de Vinci.

Andy Carreño, Ingeniero Comercial de la Universidad Técnica Federico Santa María conoció a su actual señora -de nacionalidad francesa- en nuestra Casa de Estudios. Por ello, decidió emigrar a Francia, donde estudió un MBA en Control de Gestión en el Institut Léonard de Vinci. Cabe destacar, que en su época universitaria realizó una pasantía en La Bocconi, universidad ubicada en Milán.

Andy el 2016 decidiste comenzar una nueva vida en Francia, ¿cómo surgió esta idea y por qué en aquel país?

“En mi época universitaria me fui de intercambio a La Bocconi, universidad ubicada en Milán. Me enamoré de Europa y siempre quise volver. Además, conocí a mi actual señora francesa quien se encontraba de pasantía en la Universidad Técnica Federico Santa María.

Luego de finalizar mis estudios, decidí emigrar a Francia para estar con ella. No obstante, la gran dificultad de este cambio de vida ha sido el idioma aunque éste ha mejorado año tras año. Cursé una formación intensiva para aprender francés y posteriormente trabajé en una start up lo que me permitió obtener un mejor nivel escrito y oral de la lengua. Además, realicé un MBA en Control de Gestión en el Institut Léonard de Vinci.

Vivir en el extranjero ha sido una gran experiencia. Me reúno con una comunidad de chilenos para eventos claves, como lo son las Fiestas Patrias. También, los franceses me han acogido muy bien en los trabajos y han sido empáticos con mi llegada”.

Volviendo al pasado, ¿por qué decidiste estudiar en la Universidad Técnica Federico Santa María? ¿qué valoras de ser un exalumno de nuestra Casa de Estudios?

“Nací en Valparaíso y gran parte de mi familia estudió en la Universidad Técnica Federico Santa María. Por ello, decidí ingresar a dicha Casa de Estudios. Su prestigio e historia, la hace aún más única.

Por otra parte, me siento orgullo de ser parte de la comunidad sansana. He visto bastantes reportajes de exalumnos y de académicos que se destacan en un área en particular. Tengo excelentes recuerdos y lo que más me fascina es la infraestructura del edificio emblemático del Campus Casa Central Valparaíso.

La USM me entregó una formación sólida que nos lleva a ser excelentes profesionales, donde encontramos soluciones a todos los problemas. Además, contamos con una tremenda capacidad de adaptación”.

Por otra parte, estudiaste un MBA en Control de Gestión en el Institut Léonard de Vinci ¿cómo calificarías dicha experiencia?

“Fue una gran experiencia estudiar un MBA en Francia, donde mi objetivo fue conocer las finanzas internacionales y francesa. Allí conocí muchas personas de múltiples culturas e hice grandes contactos”.

 

Finalmente, ¿cómo te ves de acá a cinco años más? ¿cuáles son tus proyecciones profesionales?

“Me gustaría relacionarme más con la agricultura francesa. Además, mi proyecto a mediano plazo es ser asesor financiero de dicha industria en este país”.