Valparaíso, calor y como defender la ciudad – Columna Pedro Serrano

Es muy probable que este final de año y principios del siguiente la ciudad de Valparaíso pase por una ola de calor que nunca en su historia ha sufrido. Hasta hace poco más de 30 años, los registros anuales eran muy regulares y se repetían año a año, la media máxima anual nunca superaba los 25 grados Celsius.

En las últimas décadas han superado los 30 grados con grandes incendios urbanos. Evidentemente la ciudad no estaba preparada para algo así y aun no lo está. Su clima era un paraíso, históricamente nunca hubo menos de 5 grados y nunca más de 25, humedad relativa entre 60 y 80%, vientos leves. Por lo tanto, las edificaciones de la ciudad casi no requerían sistemas de calefacción, humectación o enfriamiento, incluso los grandes ventiladores eran inusuales.

pedro-columnasEl calentamiento del Pacífico frente las costas de la ciudad y un fenómeno del Niño, especialmente fuerte en 2023, predicen que probablemente la ciudad sufra de calores nunca vistos, y por supuesto, no está históricamente preparada para ello. Además, la forma cónica de su territorio apuntando al norte tampoco ayudará mucho.

¿Qué hacen las ciudades históricamente sometidas a intensos calores? Pues tienen calles estrechas, edificios de paredes gruesas, ventanas pequeñas, ventilaciones pasivas bien diseñadas, sistemas de humectación, fuentes de agua, ventanas humectadas con jarrones de cerámica porosa y todo el verde vegetal que sea posible.

Las ciudades que no tienen estas defensas han aprendido con decenas de miles de muertes por calor y deshidratación. Paris, una ciudad con clima también benigno, sufrió a finales del siglo pasado, una ola de calor veraniego con toda la población joven de vacaciones en las playas lejos de la ciudad, en una ciudad donde nadie tenía un ventilador y casi no había aire acondicionado. Miles de parisinos murieron en una semana, especialmente adultos y el sistema hospitalario y de alerta no tenía las condiciones para enfrentar el desastre.

Paris aprendió la dura lección, mejoró su sistema eléctrico, reguló los grandes recintos con aire acondicionado, templos, estaciones de tren, metro, trasporte público, mejoró sus áreas verdes urbanas y sobre todo instaló fuentes y chorros de agua por toda la ciudad, mejoró el sistema hospitalario, preparó equipos de emergencia. enseñó a la población a cuidarse y sobre todo cuidar a sus adultos mayores y personas con riesgos potenciales por deshidratación. Igual la canícula del 2003 dejó 15.000 muertos en toda Francia. En Europa 2023 en general este ciclo de calor ha sido acompañado por grandes incendios y en contradicción, grandes inundaciones por lluvias también inusuales. (“En Europa, 53.000 muertes de 2022 por ola de calor, sumadas al informe corresponden a cifras “inusuales” para el continente, puesto que superaron en un 16% el promedio de casos fatales que se registraba entre 2016 y 2019”).

La ciudad de Valparaíso habrá que admitirlo, no está preparada para olas de calor y menos aún con grandes incendios. Necesitamos sobre todo educar a los habitantes y:

Preparar el sistema hospitalario y de salud barrial, asegurar respaldo eléctrico y tomar intensas medidas de carácter urbano mayor:

  • Habilitar y normar grandes recintos con clima controlado, Lugares de reunión, recintos comerciales, cines, estaciones, templos, a modo que sirvan de refugio temporal climatizado para habitantes en riesgo.
  • Mejorar, promover e invertir en áreas verde urbanas sobre todo arboladas, tratar las grandes quebradas verdes de la ciudad como áreas de prioridad urbana, Valparaíso es hoy en día la peor ciudad de Chile en términos de áreas verdes consolidadas. 9 a 11 m2 consolidados por habitante, Valparaíso dispone de la menor cantidad de áreas verdes a nivel nacional y requiere aumentarlas – Consejo Nacional de Desarrollo Urbano (cndu.gob.cl)
  • Mejorar el acceso seguro al mar del ciudadano común. A diferencia del resto del litoral de la región con buen acceso ciudadano al mar, la mejor herramienta disponible para luchar contra el calor de una ciudad es la posibilidad que sus ciudadanos accedan a un océano a menor temperatura, Valparaíso sigue negando el borde a sus habitantes y esta vez va a ser urgente habilitar esto accesos por sobre los contenedores.
  • Instalar fuentes y chorros de agua, juegos de agua, en calles parques plazas y espacios públicos, si son con soporte solar, recuperación de agua, mejor aún.
  • Valparaíso tiene tras su cima a 300 m snm, un territorio con un bosque esclerófilo a punto de extinguirse, tiene también plantaciones de eucaliptus, pino insigne y gran cantidad de arbustos secundarios, Un territorio natural abandonado, maltratado, casi perdido. Debiese haber un plan regional y estatal para mejorar, agrandar y sobre todo proteger de los incendios el bosque en lo alto tras la ciudad. Esa muralla verde es necesaria para humectar y enfriar el dominante suroeste de los vientos que atraviesan la ciudad. Lo que hoy una amenaza de incendios para la ciudad es un posible regulador climático para un futuro más caliente.

Finalmente, no hay que olvidar a los habitantes que se desperdigan por los cerros de la ciudad en viviendas y barrios para nada preparadas para un fenómeno de altos calores, incluyendo miles de familias en asentamientos urbanos irregulares, en territorios elevados sin servicios.

Estamos a fines de agosto de 2023, la alerta está definida, ojalá la ola de calor estival sea leve y acaso providencialmente no ocurra, pero es deber del gobierno nacional, el gobierno regional, el gobierno comunal y las organizaciones vecinales hacer todo lo posible para estar preparados.

Msc. Ing. Pedro Serrano Rodríguez
Director Unidad de Arquitectura Extrema UTFSM
Miembro Foro de Altos Estudios Sociales de Valparaíso
Socio ACHIDE
Fellow de Ashok
Presidente Directorio Fundación TERRAM


* Las opiniones vertidas en este espacio son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten, y no representan necesariamente el pensamiento del Departamento y la Universidad.

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María Cirano

Chile 🇨🇱
Arquitecta y Fotógrafa

El Ingeniero Comercial USM realizó un MBA en Control de Gestión en el Institut Léonard de Vinci.

Andy Carreño, Ingeniero Comercial de la Universidad Técnica Federico Santa María conoció a su actual señora -de nacionalidad francesa- en nuestra Casa de Estudios. Por ello, decidió emigrar a Francia, donde estudió un MBA en Control de Gestión en el Institut Léonard de Vinci. Cabe destacar, que en su época universitaria realizó una pasantía en La Bocconi, universidad ubicada en Milán.

Andy el 2016 decidiste comenzar una nueva vida en Francia, ¿cómo surgió esta idea y por qué en aquel país?

“En mi época universitaria me fui de intercambio a La Bocconi, universidad ubicada en Milán. Me enamoré de Europa y siempre quise volver. Además, conocí a mi actual señora francesa quien se encontraba de pasantía en la Universidad Técnica Federico Santa María.

Luego de finalizar mis estudios, decidí emigrar a Francia para estar con ella. No obstante, la gran dificultad de este cambio de vida ha sido el idioma aunque éste ha mejorado año tras año. Cursé una formación intensiva para aprender francés y posteriormente trabajé en una start up lo que me permitió obtener un mejor nivel escrito y oral de la lengua. Además, realicé un MBA en Control de Gestión en el Institut Léonard de Vinci.

Vivir en el extranjero ha sido una gran experiencia. Me reúno con una comunidad de chilenos para eventos claves, como lo son las Fiestas Patrias. También, los franceses me han acogido muy bien en los trabajos y han sido empáticos con mi llegada”.

Volviendo al pasado, ¿por qué decidiste estudiar en la Universidad Técnica Federico Santa María? ¿qué valoras de ser un exalumno de nuestra Casa de Estudios?

“Nací en Valparaíso y gran parte de mi familia estudió en la Universidad Técnica Federico Santa María. Por ello, decidí ingresar a dicha Casa de Estudios. Su prestigio e historia, la hace aún más única.

Por otra parte, me siento orgullo de ser parte de la comunidad sansana. He visto bastantes reportajes de exalumnos y de académicos que se destacan en un área en particular. Tengo excelentes recuerdos y lo que más me fascina es la infraestructura del edificio emblemático del Campus Casa Central Valparaíso.

La USM me entregó una formación sólida que nos lleva a ser excelentes profesionales, donde encontramos soluciones a todos los problemas. Además, contamos con una tremenda capacidad de adaptación”.

Por otra parte, estudiaste un MBA en Control de Gestión en el Institut Léonard de Vinci ¿cómo calificarías dicha experiencia?

“Fue una gran experiencia estudiar un MBA en Francia, donde mi objetivo fue conocer las finanzas internacionales y francesa. Allí conocí muchas personas de múltiples culturas e hice grandes contactos”.

 

Finalmente, ¿cómo te ves de acá a cinco años más? ¿cuáles son tus proyecciones profesionales?

“Me gustaría relacionarme más con la agricultura francesa. Además, mi proyecto a mediano plazo es ser asesor financiero de dicha industria en este país”.