La expresión de tus ojos (en pandemia) – Columna Pedro Serrano

pedro-columnasHace muchos años que investigo y dicto los cursos universitarios sobre percepción sensorial del espacio, importantes para todos y por supuesto para las artes, la arquitectura y el diseño. Aparte de haber llegado a la convicción que todo el “espacio” ocurre en el cerebro de cada uno y que cada cerebro tiene una construcción neuronal distinta, por diferencias culturales y de asimilación de cada entorno, también he constatado que el lenguaje humano no está compuesto solo palabras, sino que además se complementa de miles de gestos corporales, temperaturas y olores, énfasis y entonaciones. Incluso todos ya saben que muchas veces no es necesario hablar para comunicar.

Sin embargo, la pandemia de COVID-19 ha traído algunas cosas curiosas en el ámbito de la percepción del espacio y en particular en lo referente a la comunicación personal presencial: el intenso uso de la mascarilla facial, que debe tapar la boca y nariz, oculta gran parte de los gestos faciales que complementan nuestra comunicación.

El asunto se pone complicado para el profesor que debe desarrollar un diálogo ida y vuelta con 30 estudiantes enmascarados. He notado que gesticulo más con los brazos y cuerpo, recurro más al dibujo y las entonaciones de voz en estas situaciones de medio rostro suprimido. Y allí son los ojos y su entorno expresivo los actores principales. He llegado a reconocer a mis estudiantes por sus ojos y a veces, sin mascarilla, me cuesta reconocerlos.

La musculatura facial en torno a los ojos ha mejorado su entrenamiento comunicacional durante los últimos dos años enmascarados. Solo las decenas de posiciones que pueden tomar ambas cejas, incluso por separado, pueden indicar muchas cosas, risa, enojo, simpatía antipatía, tristeza, acuerdo, desacuerdo, preguntas, entiendo, no entiendo. Si a eso agregamos el uso de parpados, pestañas y la musculatura que permite hundir, arrugar, achicar o distender el conjunto de los ojos, se pueden tener cientos o tal vez miles de conceptos comunicables, con gran variedad de entonaciones. Es un ejercicio tan dinámico rápido y cambiante, que supongo el entrenamiento pandémico ha acentuado en su manejo, tanto en los estudiantes como en los profesores.

También los ojos son comunicadores más sutiles: existe una membrana coloreada, musculada con músculos circulares y radiales que permiten una ventana controlada al acceso de luz. Esta ventana es un agujero variable en nuestro iris, la pupila, que cuando hay poca luz aumenta su tamaño para mejorar el ingreso y cuando hay demasiada luz se achica, e incluso puede solicitarse un cierre de parpados hasta cubrirse con el brazo. Teóricamente la ventanilla circular puede ir desde los 3mm de diámetro con luz, a los ¡9mm! casi todo el iris, con escasa luz. Es la única cosa del cuerpo humano que puede crecer un 300 %.

Sin embargo, comunicacionalmente el tamaño puede indicar cosas tan complejas como el odio: la pupila se achica voluntariamente todo lo que puede, o la simpatía, incluso el amor, cuando se dilata. Unos gestos de solo 6 milímetros de diámetro que todos los humanos sabemos producir y reconocer inconscientemente. Por supuesto, también los reconocen y lo hacen nuestras mascotas. Con este pequeño gesto podemos decir te odio y también dar la bienvenida comunicacional a alguien que nos agrada.

La pandemia ha sido terrible en muchas cosas, pero al menos hemos recuperado “la expresión de tus ojos”.

Fuente original: Foro de Altos Estudios Sociales de Valparaíso

* Las opiniones vertidas en este espacio son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten, y no representan necesariamente el pensamiento del Departamento y la Universidad.

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María Cirano

Chile 🇨🇱
Arquitecta y Fotógrafa

El Ingeniero Comercial USM realizó un MBA en Control de Gestión en el Institut Léonard de Vinci.

Andy Carreño, Ingeniero Comercial de la Universidad Técnica Federico Santa María conoció a su actual señora -de nacionalidad francesa- en nuestra Casa de Estudios. Por ello, decidió emigrar a Francia, donde estudió un MBA en Control de Gestión en el Institut Léonard de Vinci. Cabe destacar, que en su época universitaria realizó una pasantía en La Bocconi, universidad ubicada en Milán.

Andy el 2016 decidiste comenzar una nueva vida en Francia, ¿cómo surgió esta idea y por qué en aquel país?

“En mi época universitaria me fui de intercambio a La Bocconi, universidad ubicada en Milán. Me enamoré de Europa y siempre quise volver. Además, conocí a mi actual señora francesa quien se encontraba de pasantía en la Universidad Técnica Federico Santa María.

Luego de finalizar mis estudios, decidí emigrar a Francia para estar con ella. No obstante, la gran dificultad de este cambio de vida ha sido el idioma aunque éste ha mejorado año tras año. Cursé una formación intensiva para aprender francés y posteriormente trabajé en una start up lo que me permitió obtener un mejor nivel escrito y oral de la lengua. Además, realicé un MBA en Control de Gestión en el Institut Léonard de Vinci.

Vivir en el extranjero ha sido una gran experiencia. Me reúno con una comunidad de chilenos para eventos claves, como lo son las Fiestas Patrias. También, los franceses me han acogido muy bien en los trabajos y han sido empáticos con mi llegada”.

Volviendo al pasado, ¿por qué decidiste estudiar en la Universidad Técnica Federico Santa María? ¿qué valoras de ser un exalumno de nuestra Casa de Estudios?

“Nací en Valparaíso y gran parte de mi familia estudió en la Universidad Técnica Federico Santa María. Por ello, decidí ingresar a dicha Casa de Estudios. Su prestigio e historia, la hace aún más única.

Por otra parte, me siento orgullo de ser parte de la comunidad sansana. He visto bastantes reportajes de exalumnos y de académicos que se destacan en un área en particular. Tengo excelentes recuerdos y lo que más me fascina es la infraestructura del edificio emblemático del Campus Casa Central Valparaíso.

La USM me entregó una formación sólida que nos lleva a ser excelentes profesionales, donde encontramos soluciones a todos los problemas. Además, contamos con una tremenda capacidad de adaptación”.

Por otra parte, estudiaste un MBA en Control de Gestión en el Institut Léonard de Vinci ¿cómo calificarías dicha experiencia?

“Fue una gran experiencia estudiar un MBA en Francia, donde mi objetivo fue conocer las finanzas internacionales y francesa. Allí conocí muchas personas de múltiples culturas e hice grandes contactos”.

 

Finalmente, ¿cómo te ves de acá a cinco años más? ¿cuáles son tus proyecciones profesionales?

“Me gustaría relacionarme más con la agricultura francesa. Además, mi proyecto a mediano plazo es ser asesor financiero de dicha industria en este país”.