PERIHELIO – Columna del profesor Pedro Serrano

pastedgraphic-1Esta semana entramos al perihelio, estamos más cerca del sol y por cuestiones de órbita elíptica nuestro planeta, La Tierra, avanza en su viaje a la no despreciable velocidad de 110.700 km/h. Ciento diez mil setecientos kilómetros por hora. Es el máximo anual, la media esta por los 107.280 Km/h (Kepler).

Una bala de fusil puede ir a 700 km/h, un jet comercial vuela 900 km/h y nuestros mejores cohetes para establecer una orbita a la Tierra vuelan a 28.000 Km/h. Nuestros cohetes espaciales viajan hoy a un cuarto de la velocidad máxima de la Tierra.

Un viaje a Marte en las mejores condiciones actuales demoraría 450 días. En ese tiempo la Tierra ha dado casi vuelta y media a nuestro Sol, recorriendo 930.000.000 de kilómetros en un año.

Es indudable que esta esfera rocosa de unos 12.000 km de diámetro, es un navío espacial mucho más rápido que los artilugios que hemos creado. Y allí viene la razón de este artículo.

Los seres vivos terrestres que estamos en el primer 5% de la atmósfera, y los humanos con esfuerzo en los primeros 4%, somos una pátina ultra delgada que cubre la superficie de este bólido-navío -espacial que llamamos Tierra. el 0,39% del diámetro. Primera observación trascendental: la Tierra es una nave espacial, con una delgada película de vida, que va mucho más rápido que los carisimos artilugios de sus actuales habitantes.

La segunda es que: si escapamos de ella, la Tierra, en nuestras máquinas, nos va a costar muchísimo seguirla, por lo mismo hoy en día un viaje a Marte de ida y vuelta es un asunto de cálculo y de cruces de precisión con órbitas o trayectos de esferas en movimiento. Si nos quedásemos quietos en el espacio (difícil y relativo asunto) veríamos pasar esta esfera, La Tierra, a 110.000 kilómetros por hora. Imposible acercarse o chocar con ella a esa velocidad.

Cuando niño soñaba con los viajes por el espacio y luego con Kepler me di cuenta que todas las espacies vivas, incluyendo a la humanidad, llevamos miles de años viajando por el espacio a velocidades increíbles en una nave espacial a energía solar, con agua. atmósfera y todas las condiciones para mantener viva esa tripulación de miles de millones de seres vivos de todos los tamaños imaginables. Que a todo esto, para vivir, nos comemos entre nosotros y probablemente sean los Fungium los últimos en la cadena trófica.

La estación espacial internacional tiene complejos sistemas para reciclar toda el agua a bordo, lo logra casi en el 98%, también tiene sistemas para recuperar el oxigeno y abatir el CO2. Nuestra nave espacial, La Tierra, ha logrado lo mismo por millones de años, en una mezcla de equilibrios entre lo vivo y su soporte material. Nuestra nave espacial ha soportado sus millones de años de viaje.

Pero mas allá y aun más increíblemente rápido, el Sol con todo su sistema de planetas se desplaza a unos 830.000 km/hora en una hélice maravillosa dentro de la galaxia. Lo que se suma a la velocidad de la nave Tierra.

Somos todos viajeros espaciales, y como todo es relativo, es difícil saber por que lugar del universo, nuestro espacio-tiempo, vamos, tampoco sabemos hacia donde vamos o el significado del viaje. Pero cuando miren al cielo sepan que vamos al menos a un millón de kilómetros por hora en una nave aun autosuficiente que transporta vida, una vida interconectada que permite mantener el delicado equilibrio de la condiciones de la estrecha cabina.

Msc. Ing. Pedro Serrano Rodríguez
DIRECTOR Unidad de Arquitectura Extrema UTFSM

Fuente: Foro de Altos Estudios Sociales de Valparaíso

* Las opiniones vertidas en este espacio son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten, y no representan necesariamente el pensamiento del Departamento y la Universidad.

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María Cirano

Chile 🇨🇱
Arquitecta y Fotógrafa

El Ingeniero Comercial USM realizó un MBA en Control de Gestión en el Institut Léonard de Vinci.

Andy Carreño, Ingeniero Comercial de la Universidad Técnica Federico Santa María conoció a su actual señora -de nacionalidad francesa- en nuestra Casa de Estudios. Por ello, decidió emigrar a Francia, donde estudió un MBA en Control de Gestión en el Institut Léonard de Vinci. Cabe destacar, que en su época universitaria realizó una pasantía en La Bocconi, universidad ubicada en Milán.

Andy el 2016 decidiste comenzar una nueva vida en Francia, ¿cómo surgió esta idea y por qué en aquel país?

“En mi época universitaria me fui de intercambio a La Bocconi, universidad ubicada en Milán. Me enamoré de Europa y siempre quise volver. Además, conocí a mi actual señora francesa quien se encontraba de pasantía en la Universidad Técnica Federico Santa María.

Luego de finalizar mis estudios, decidí emigrar a Francia para estar con ella. No obstante, la gran dificultad de este cambio de vida ha sido el idioma aunque éste ha mejorado año tras año. Cursé una formación intensiva para aprender francés y posteriormente trabajé en una start up lo que me permitió obtener un mejor nivel escrito y oral de la lengua. Además, realicé un MBA en Control de Gestión en el Institut Léonard de Vinci.

Vivir en el extranjero ha sido una gran experiencia. Me reúno con una comunidad de chilenos para eventos claves, como lo son las Fiestas Patrias. También, los franceses me han acogido muy bien en los trabajos y han sido empáticos con mi llegada”.

Volviendo al pasado, ¿por qué decidiste estudiar en la Universidad Técnica Federico Santa María? ¿qué valoras de ser un exalumno de nuestra Casa de Estudios?

“Nací en Valparaíso y gran parte de mi familia estudió en la Universidad Técnica Federico Santa María. Por ello, decidí ingresar a dicha Casa de Estudios. Su prestigio e historia, la hace aún más única.

Por otra parte, me siento orgullo de ser parte de la comunidad sansana. He visto bastantes reportajes de exalumnos y de académicos que se destacan en un área en particular. Tengo excelentes recuerdos y lo que más me fascina es la infraestructura del edificio emblemático del Campus Casa Central Valparaíso.

La USM me entregó una formación sólida que nos lleva a ser excelentes profesionales, donde encontramos soluciones a todos los problemas. Además, contamos con una tremenda capacidad de adaptación”.

Por otra parte, estudiaste un MBA en Control de Gestión en el Institut Léonard de Vinci ¿cómo calificarías dicha experiencia?

“Fue una gran experiencia estudiar un MBA en Francia, donde mi objetivo fue conocer las finanzas internacionales y francesa. Allí conocí muchas personas de múltiples culturas e hice grandes contactos”.

 

Finalmente, ¿cómo te ves de acá a cinco años más? ¿cuáles son tus proyecciones profesionales?

“Me gustaría relacionarme más con la agricultura francesa. Además, mi proyecto a mediano plazo es ser asesor financiero de dicha industria en este país”.