Siglo XXI, Un Valparaíso Posible – Columna profesor Pedro Serrano

A nadie que visite nuestra ciudad este 2023 le cabrá duda de que está en un estado calamitoso, grandes sectores deshabitados, comercios destruidos supermercados incendiados. El puerto de carga en crisis por la imposibilidad física de manejar miles de contenedores de barcos cada vez más grandes, sin afectar la ciudad y en una competencia desigual con el puerto de San Antonio, Valparaíso con mal transporte público, bandas criminales, muchas familias viviendo en asentamientos irregulares, tomas de terreno, incendios, y debilidad ante cualquier evento catastrófico, desde terremotos, tsunamis, remociones de masa, inundaciones, derrumbes, grandes temporales marejadas etc.

pedro-columnasLo bueno de llegar al fondo en estos puntos es que se abren infinitas oportunidades para surgir cual ave fénix (casi concreta), para pensar y planificar el Valparaíso de la tercera década del siglo XXI.

Como historia corta, Valparaíso es una de las ciudades más antiguas de Chile. Descubierto el lugar en el año 1536, durante la primera expedición de don Juan de Saavedra a las costas el Océano Pacífico. El 3 de septiembre de 1544, hace ya 479 años, fue Designado como puerto natural. Don Pedro de Valdivia declara a Valparaíso como puerto de Santiago. Y el 17 de abril de 1791 (232 años) ocurre el Primer cabildo municipal y en 1802 se declara la ciudad con el nombre de Nuestra Señora de las Mercedes de Puerto Claro.(Wiki)

Desde mucho antes de su fundación, el lugar donde se asienta la ciudad de Valparaíso ha sufrido grandes terremotos, avenidas de agua y tsunamis, pero está en Chile, nuestro país es muy sensible a los desastres. Sin embargo, a pesar de todo ello la ciudad persiste, acumula y destruye patrimonio, fue el puerto mundialmente más importante de Pacifico Sur, hasta la apertura del canal de Panamá, tuvo un gran auge migratorio, se asentaron en este puerto grandes e importantes industrias, bancos, importadoras, etc. , vivió el auge del salitre, hasta que duró, tuvo importantes textiles, hasta que duraron y así, la ciudad ha pasado por todo, auges y caídas, desastres y bonanzas, y siempre Valparaíso fue y ha sido y será atractivo para vivir allí, excelente clima, cercanía al mar, un embudo de cerros que ofrece vistas al mar hacia el norte, en el camino del sol. La historia proyectada da cuenta que Valparaíso siempre existirá en su particularidad geográfica. Lo interesante en imaginar y especular con los destinos futuros de la ciudad y sus habitantes.

Valparaíso ya es casi una comuna conurbada con Santiago, ya está conurbada con las ciudades cercanas hasta Calera siguiendo la línea del tren, hasta Papudo siguiendo la costa Norte. 10.000.000 de habitantes viven en esa megápolis RM -Valparaíso en plena conurbación, casi en un cuadrado territorial de cordillera a mar de 100 x 100 kilómetros. Es allí, en esa relación donde debe pensarse la comuna del futuro, una comuna más bien pequeña, hoy con 300.000 habitantes situada en una cuenca cónica que sube desde cero hasta 300 m snm. Una que siempre ha sido atractiva para vivir. Con buen clima, buen aire y vista al mar.

El asunto de fondo de esta columna es imaginar cual es el papel de la comuna en la gran megápolis bien conectada, megápolis que avanza sin lugar a duda.

Valparaíso tiene muchos desafíos de conectividad dentro de la comuna con las comunas aledañas, con Santiago y las rutas de norte a sur más una buena ruta costera, desde San Antonio hasta Papudo, una buena ruta que conecte con Argentina. El metro regional eficiente, moderno con energías renovables, debiese en 10 años cubrir Valparaiso-Calera. Valparaiso-Reñaca-Concón-Quintero. Valparaiso necesita de un buen tren, que una el puerto con el tren longitudinal chileno y con la red de Argentina, bajaría notablemente el absurdamente ineficiente tránsito de camiones y le daría un factor competitivo al puerto de carga. al puerto pesquero y al puerto turístico.

Curiosamente, el gran Valparaiso en pleno siglo XXI, no tiene aeropuerto comercial, solo una pista militar aero-naval, que no sirve para grandes aviones de pasajeros. En la era de los drones, los aero-taxis eléctricos, la ciudad no está preparada para los vuelos comerciales civiles, debiese haber zonas especiales habilitadas para ello. Siguiendo el ejemplo de Medellín, Colombia, a Valparaiso le falta un sistema de funiculares, que una el Almendral con todos los cerros, con centros cívicos culturales en sus bases. Asunto que logró integrar en su tiempo culturalmente a la ciudad colombiana más violenta del narcotráfico. Por supuesto Valparaiso debiese ser un ejemplo de ciudad eléctrica sustentable y en pocos años, todo transporte debiese ser eléctrico, limpio y con electricidad renovable.

Otro caso de resiliencia y actividad constante, es la educación superior en la comuna con 4 universidades públicas de gran prestigio nacional e internacional, cuyas casas centrales están en la comuna, más CFTS públicos y privados, sedes de universidades privadas, institutos de formación, confirman el eslogan de “Valparaiso ciudad universitaria”, que desde ya marca una vocación arraigada de la comuna, Una vocación que da muchos trabajos locales en alojamientos, transporte, alimentación, funcionarios administrativos, profesores, laboratorios, hospitales, centros de innovación, lugares deportivos y centros de esparcimiento.

Hay otras vocaciones de la comuna. De partida la ciudad eléctrica, que, si lo fue a fines del siglo XIX, tren, tranvía, iluminación ascensores, la ciudad universitaria ya descrita, con mucho acceso a estudiantes internacionales. La ciudad verde o comestible donde edificaciones, quebradas, viviendas son capaces de producir comida y cobertura verde, árboles frutales, absorción de CO2, aire limpio, mucho oxígeno. También está la ciudad informática, capaz de imponerse en las industrias globales de la ciberseguridad, los juegos digitales, la programación, desarrollo y uso de la IA. También puede recuperar su carácter patrimonial, desarrollar el turismo de cruceros, ser el puerto pesquero de la zona central, desarrollar los deportes náuticos, ser la capital de la poesía, la capital de la música, de las artes. La enumeración puede ser mayor e indica las oportunidades de la ciudad para resurgir de su última caída, estallido social, pandemia derrumbes e incendios de por medio. Esperando estamos todos el próximo terremoto y tsunami, marejada y temporal, pero al menos, eso la ciudad lo sabe desde siempre.

Dr©, Msc. Ing. Pedro Serrano Rodríguez
Director Unidad de Arquitectura Extrema UTFSM
Miembro del Foro de Altos Estudios Sociales de Valparaíso
Presidente Directorio de Fundación TERRAM para el desarrollo sustentable
Miembro Comité Científico Fundación Interuniversitaria del CRUV para la Sustentabilidad Territorial
Socio de ACHIDE Asociación Chilena del Espacio
Fellow de Ashoka


* Las opiniones vertidas en este espacio son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten, y no representan necesariamente el pensamiento del Departamento y la Universidad.

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María Cirano

Chile 🇨🇱
Arquitecta y Fotógrafa

El Ingeniero Comercial USM realizó un MBA en Control de Gestión en el Institut Léonard de Vinci.

Andy Carreño, Ingeniero Comercial de la Universidad Técnica Federico Santa María conoció a su actual señora -de nacionalidad francesa- en nuestra Casa de Estudios. Por ello, decidió emigrar a Francia, donde estudió un MBA en Control de Gestión en el Institut Léonard de Vinci. Cabe destacar, que en su época universitaria realizó una pasantía en La Bocconi, universidad ubicada en Milán.

Andy el 2016 decidiste comenzar una nueva vida en Francia, ¿cómo surgió esta idea y por qué en aquel país?

“En mi época universitaria me fui de intercambio a La Bocconi, universidad ubicada en Milán. Me enamoré de Europa y siempre quise volver. Además, conocí a mi actual señora francesa quien se encontraba de pasantía en la Universidad Técnica Federico Santa María.

Luego de finalizar mis estudios, decidí emigrar a Francia para estar con ella. No obstante, la gran dificultad de este cambio de vida ha sido el idioma aunque éste ha mejorado año tras año. Cursé una formación intensiva para aprender francés y posteriormente trabajé en una start up lo que me permitió obtener un mejor nivel escrito y oral de la lengua. Además, realicé un MBA en Control de Gestión en el Institut Léonard de Vinci.

Vivir en el extranjero ha sido una gran experiencia. Me reúno con una comunidad de chilenos para eventos claves, como lo son las Fiestas Patrias. También, los franceses me han acogido muy bien en los trabajos y han sido empáticos con mi llegada”.

Volviendo al pasado, ¿por qué decidiste estudiar en la Universidad Técnica Federico Santa María? ¿qué valoras de ser un exalumno de nuestra Casa de Estudios?

“Nací en Valparaíso y gran parte de mi familia estudió en la Universidad Técnica Federico Santa María. Por ello, decidí ingresar a dicha Casa de Estudios. Su prestigio e historia, la hace aún más única.

Por otra parte, me siento orgullo de ser parte de la comunidad sansana. He visto bastantes reportajes de exalumnos y de académicos que se destacan en un área en particular. Tengo excelentes recuerdos y lo que más me fascina es la infraestructura del edificio emblemático del Campus Casa Central Valparaíso.

La USM me entregó una formación sólida que nos lleva a ser excelentes profesionales, donde encontramos soluciones a todos los problemas. Además, contamos con una tremenda capacidad de adaptación”.

Por otra parte, estudiaste un MBA en Control de Gestión en el Institut Léonard de Vinci ¿cómo calificarías dicha experiencia?

“Fue una gran experiencia estudiar un MBA en Francia, donde mi objetivo fue conocer las finanzas internacionales y francesa. Allí conocí muchas personas de múltiples culturas e hice grandes contactos”.

 

Finalmente, ¿cómo te ves de acá a cinco años más? ¿cuáles son tus proyecciones profesionales?

“Me gustaría relacionarme más con la agricultura francesa. Además, mi proyecto a mediano plazo es ser asesor financiero de dicha industria en este país”.